Para entender bien este producto, debemos diferenciar entre 2 partes: cuerpo y cresta. Se ha trabajado en soluciones AD-HOC para mantener el conjunto y no romper la estética de la aceitera cuando se utilizase. ¿Cómo lo hemos hecho? Hemos diseñado y desarrollado un tapón totalmente personalizado que, no solo es funcional (con tres posiciones que permiten las acciones: cierre hermético, verter y rellenar) sino que además incluye un sistema de retorno y anti-goteo, todo ello queda integrado en la cresta de la gallina. En cuanto al cuerpo, se ha trabajado la forma y los acabados teniendo muy en cuenta que debíamos conseguir un producto icónico, atractivo y funcional, donde el tacto y la ergonomía de este tendrían todo el protagonismo a nivel experiencia usuario.
Para ello, creamos un clima de imágenes que aporten una clara visibilidad a simple vista. Este paso es de vital importancia para que nuestro cliente se sienta en todo momento vinculado con el aspecto final del producto.