A través de alternativas como el diseño sostenible, los diseñadores de producto podemos ayudar al planeta y cuidar la salud de la población.
Las empresas y los diseñadores de producto tenemos la capacidad de poder apostar por materiales que no perjudiquen al medio ambiente, reduciendo los residuos y minimizando el consumo de energía.
Esta es una de las mejores estrategias es diseñar un producto pensando en su ciclo de vida, buscando los puntos negros para así centrarnos en mejorar su sostenibilidad.
Es importante pensar en maneras en las que el producto tenga una vida, una reencarnación. Ya sea reciclarlo, reacondicionarlo o convertirlo en combustible.
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